Un círculo es mucho más que sentarse en grupo. Es una forma muy antigua de encuentro donde todos tienen un lugar y una voz. No hay un “arriba” o “abajo”, no existen jerarquías: solo personas que se reconocen, se escuchan y se acompañan en la búsqueda de algo más profundo.
En un círculo, las historias se cruzan, las experiencias se iluminan entre sí y lo que parecía un detalle se convierte en una revelación. Porque a veces, cuando compartimos con otros, nos damos cuenta de que no estamos solos en nuestras preguntas, ni en nuestras heridas, ni en nuestras esperanzas.
Ahora bien, ¿qué pasaría si ese círculo tuviera un propósito especial?
Un círculo de propósito es un espacio diseñado para que descubras o redescubras aquello que da dirección y sentido a tu vida.
No hablamos de metas superficiales o listas de deseos; hablamos de ese “para qué” que sostiene tus pasos, inspira tus relaciones y alimenta tu autenticidad.
En este círculo:
Reconocerás cómo tu historia, tu personalidad, tus acciones y tus relaciones ya están hablando de tu propósito.
Tendrás la oportunidad de mirar con compasión aquellas heridas que te han marcado, no para quedarte en el dolor, sino para transformarlas en aprendizajes y fuerza interior.
Aprenderás a distinguir qué te desconecta de lo que amas y qué te acerca a vivir con plenitud.
Descubrirás herramientas prácticas y sencillas para fortalecer tu propósito en lo cotidiano.
Y lo mejor: no lo harás solo.
Lo harás acompañado, en un espacio íntimo, con personas que [igual que tú] desean reconectar con su autenticidad, sanar sus relaciones y darle más sentido a su vida.
Al final de este proceso compartiremos un círculo de propósito: un cierre especial, para que te lleves no solo reflexiones, sino una brújula interna para el año que comienza.
¿Qué mejor regalo para ti que la posibilidad de reconciliarte con tus heridas y reconectar con lo que amas?